De la oficina al campo, ANEI se compone de ambos, pero sin dudarlo, el alma de esta organización está en los rostros de las familias productoras ya que gracias al trabajo que realizamos en conjunto logramos obtener un café con altos estándares de calidad, con certificación orgánica y de comercio justo.
En el camino, durante más de tres horas de recorrido, se aprecia el paisaje, la naturaleza es justa, el verdor se mezcla con grises de nubes, hace frío, pero resplandece, unos rayos tenues de luz del sol besan la imponente sierra, en cada surco de la bestia que nos lleva se siente el peso del trabajo del productor que palmo a palmo transita difíciles vías para sacar al mundo un café de calidad, la sabiduría lo es todo, así como se cosecha se le devuelve con amor a la madre tierra.